Ariel, la primera princesa diferente del Universo Disney

Cuando hablamos de las princesas de Disney sabemos que a través de su representación se pueden vislumbrar los roles de la mujer en la época de su creación. Es muy marcado el rol que tienen las primeras princesas de la era más clásica como Blancanieves (1937), Cenicienta (1950) y Aurora de La Bella Durmiente (1959).Las tres muestran ciertos valores y características específicas.  Y entonces La Sirenita (1989).

Su protagonista, Ariel, muestra que a lo largo de los 30 años que pasaron entre las primeras princesas y ella una nueva era había comenzado.

Volvamos al tema de este artículo. Con sus 16 años, Ariel demuestra una personalidad aventurera y desafiante. Frente a la primera era de las princesas, a Ariel se la criticó por abandonar todo por Eric, el príncipe. Pero la realidad no es así… Las evidencias son claras. Desde mucho tiempo antes de ver al príncipe y que aparezca ese flechazo, ella ya tenía una gran pasión y curiosidad por el mundo humano. A escondidas de todos, y con la ayuda de su gran compañero Flounder, fue completando su colección de objetos que caen de los barcos o se encuentran en barcos hundidos. El príncipe es la excusa para tomar ese impulso y viajar a la superficie como siempre soñó. Una de las canciones claves es Parte de él, cuya letra no profundiza en lo enamorada que está del príncipe, sino en todo lo que quiere conocer:

♫♫♫ Pero yo en el mar quiero más ♫♫♫  

Su canción en una declaración de principios; deja en claro que su impulso es la curiosidad, la ambición por conocer más. Entonces, el primer rasgo diferente de Ariel es ese el rol más independiente de la mujer en referencia a sus antecesoras, siendo el primer gran quiebre hasta que de la mano de Mérida y Elsa, principalmente, se comienza a correr la necesidad de un Príncipe Azul que venga a salvarlas o completar su vida. 

La Sirenita se centra principalmente en crecer. Es un coming-of-age. ¿Por qué digo esto? Porque justamente lo primero que conocemos de ella es ver cómo desafía a su padre faltando a su gran presentación en sociedad para buscar aquello por lo que siente curiosidad. La rebeldía con la que se presenta su padre también tiene que ver con el hecho de que Tritón no permite ver que su hija no es la niña de ayer, al contrario: es una joven que lucha por lograr hacer lo que quiere. Este, el eje principal de esta magnífica película, marcó tendencia, logrando que luego conozcamos princesas que seguían una línea de cierta independencia: Bella de La Bella y la Bestia (1991) decidiendo sacrificar su vida por salvar a su padre, Jazmín de Aladdín (1992) dejando en claro que no iba a casarse con cualquiera, Pocahontas (1995) defendiendo a su tierra y Mulán (1998)… Bueno, ella si merece un artículo aparte. A partir de La Sirenita las princesas comenzaron a tener una personalidad mucho más marcada, siendo mucho más activas en sus historias. Pensemos que en La Bella Durmiente, Aurora tiene un total de 18 líneas durante los 18 minutos que aparece en la película, siendo en teoría la protagonista…

La rebeldía, la curiosidad y el poder decisión están presentes en Ariel, acompañando los cambios socioculturales mundiales.

Ariel marcó un antes y después dentro del Universo de Princesas de Disney, catapultando así el comienzo de la llamada Era del Renacimiento de Disney que continuaría con los grandes éxitos que marcaron la década de los noventas.

Al final de cuentas, los que amamos a Disney le debemos muchísimo a Ariel.