El mundo de las películas de animación de Tim Burton es muy peculiar

Tim Burton, el maestro de lo dark, cautiva aún hoy con su estilo único de narración. Su marca es reconocida en sus películas live action, pero es la animación la que ha permitido que su genio creativo brille en su máximo explendor.

Uno de los aspectos más llamativos de las películas de animación de Tim Burton es su estilo visual. El mundo oscuro y onírico de Burton cobra vida con diseños intrincados de inspiración gótica que son tan inquietantes como hermosos. Sus personajes a menudo tienen características exageradas y los paisajes en los que residen están llenos de detalles extravagantes y escenarios espeluznantes.

Sin dudas, The Nightmare Before Christmas, estrenada en 1993, es el ejemplo por excelencia del estilo de animación de Burton. Los diseños de los personajes, exagerados en cuanto alargados o retacones, capturan perfectamente la esencia de Halloween y Navidad, y el mundo entero es una fascinante mezcla de espeluznante y festivo. Corpse Bride, de 2005, se mantiene el mismo carril. El surrealismo toma el poder a como dé lugar; lo grotesco y lo entrañable se vuelven uno.

En cuanto a tramas, las películas de animación de Tim Burton varían, sí, pero comparten algunos temas comunes que corren como un hilo oscuro a lo largo y ancho del trabajo del director. Por ejemplo, los protagonistas de estas películas suelen encontrarse como exógenos y/o inadaptados en sus respectivos mundos. No suelen encajar.

A la par de lo anterior, la lucha de identidad de los personajes es clave. Identidad y autodescubrimiento son dos caras de la misma moneda. Luchas con la identidad: los personajes de Burton a menudo se enfrentan a cuestiones de identidad y autodescubrimiento. En Frankenweenie de 2012, el joven Victor Frankenstein lucha con las consecuencias de sus experimentos científicos con su amado perro. La pertenencia, la búsqueda del conocimiento y la aceptación del verdadero yo son la clave.

Por otro lado, la muerte es un tema básico. Todo lo que nace, perece, y Burton lo deja muy en claro a lo largo de sus películas animadas. A menudo la muerte se presenta bajo una luz romántica y conmovedora. Burton encuentra belleza en lo macabro.

Si a lo anterior le sumamos que en las películas animadas de Burton lo oscuro y lo lúdico se mezclan, la conclusión es simple: la inquietud domina. Y es que los momentos de humor y fantasía crean un contraste encantador que mantiene al público interesado, mismos espectadores que, a pesar del contenido un tanto polémico, todas las edades aceptan y abrazan el atractivo que perdura, y por las tantas razones ya nombradas y otras, como:

• El estilo visual es único y atemporal. El recurso del stop-motion, por ejemplo, le da un sentido artístico y artesanal que las distingue de las obras animadas más convencionales.
• Los temas tocados en las tramas son universales, identificables. Todo el mundo, en algún momento de su vida, se ha sentido un outsider. Emociones profundas siempre, atractivas tanto para niños como para adultos.
• La música. Su papel es vital. Las bandas sonoras son inolvidables, realzan la narración y la atmósfera de sus películas. ¡Gracias Danny Elfman!

Para concluir, resumo: las películas de animación de Tim Burton ofrecen una fascinante combinación de elementos que han solidificado su lugar en los anales de la historia. Estilo visual distintivo, Temas recurrentes de marginación y amor más allá de la muerte y su atractivo duradero han cimentado el cariño del público de todo el mundo.