Guy Williams y El Zorro son más argentinos que el dulce de leche
Anótenle otra Copa del Mundo al país del sur... :P
¿El Zorro? Guy Williams y nadie más. Sí, lectores, el actor estadounidense nacido como Armand Joseph Catalano en 1924, mejor conocido por su interpretación del legendario héroe enmascarado en la popular serie de televisión de los años 50, alcanzó fama en Estados Unidos, pero tuvo una intrigante relación con Argentina, cosa que añade una capa única y bastante curiosa a su legado.
Esta conexión ha estado marcada por una cantidad de eventos inesperados, inmersión cultural y un profundo aprecio por la cultura del país del sur de América.
Antes de entrar en tema, hablemos más del actor. El derrotero de Williams al estrellato comenzó con su carrera como actor en la década de 1950, tocando su cúspide por su carismática interpretación de El Zorro. Este producto audiovisual lo impulsó a ser el centro de atención, lo transformó en un verdadero ícono internacional, especialmente en los países latinoamericanos donde el programa ganó inmensa popularidad.
En un giro inesperado de los acontecimientos, Williams se sintió atraído por Argentina, estableciendo una conexión que duraría toda la vida. Su historia de amor con el país comenzó durante una gira promocional de El Zorro, donde fue recibido con una arrolladora acogida por parte de la afición del mencionado país. La calidez y el entusiasmo que encontró le dejaron una impresión duradera, lo que lo llevó a visitas frecuentes y, finalmente, a la decisión de hacer de Argentina su segundo hogar.
Así, y en lugar de seguir siendo una celebridad distante, Williams se sumergió activamente en la cultura argentina. Luego de varios viajes y de tener una base de fans única en Argentina, el actor aprendió el idioma, adoptó las costumbres locales e incluso participó en actividades tradicionales argentinas. A medida que Williams se enamoró cada vez más de Argentina, su carrera dio un giro poco convencional. Decidió radicarse en Buenos Aires, donde continuó su carrera actoral en el cine y la televisión argentinos… ¡Hasta en un circo! Este cambio inesperado no solo demostró su compromiso con su nuevo hogar, sino que también mostró su versatilidad como actor.
Pero no todo fue color de rosas. La relación de Guy Williams con Argentina no estuvo exenta de desafíos y problemas. Como cualquier figura notable, enfrentó controversias, incluidas disputas con la producción de El Zorro por el uso de la imagen del héroe. Eso era obvio. Pero lo que no se sabe mucho es que el gran actor norteamericano atravesó ciertas dificultades financieras al establecerse en el país del sur. Al no tener entradas fuertes como en Hollywood, el actor tenía que viajar constantemente a su Estados Unidos natal para recaudar fondos. Más de una vez, en Argentina le prometieron trabajo en diferentes producciones para la gran pantalla pero ninguna se concretó. Estos obstáculos, sin embargo, no cortaron sus vínculos con el país y perseveró a través de los altibajos de su vida personal y profesional.
En abril de 1989, Guy Williams, quien contaba entonces 65 años de edad, no daba señales de vida. El 6 de mayo de 1989 los vecinos de su departamento en el barrio de Recoleta, Buenos Aires, llamaron a las autoridades y sucedió: lo hallaron sin vida por haber sufrido un aneurisma cerebral aproximadamente una semana antes, el 30 de abril. Estaba solo, nadie pudo asistirlo.
Ni siquiera con su deceso la sociedad argentina se olvidaba de él. El actor argentino Fernando Lúpiz, fan y hasta sucesor de Williams como El Zorro en el teatro argentino, logró que sus restos quedaran dos años en el panteón de la Asociación Argentina de Actores a pesar que hay una regla a rajatabla: siempre fue solo para actores argentinos. Finalmente, en 1991 su hijo Steve recibió sus cenizas en California y cumplió el deseo de su padre de que fueran esparcidas en las montañas de California, en la playa de Malibú y en el Océano Pacífico.
La extraña conexión de Guy Williams con Argentina no solo añade un capítulo fascinante a la historia de la vida del actor, sino de Hollywood. El poder del intercambio cultural y el impacto duradero de las conexiones humanas genuinas van más allá del dinero, y lo celebramos.
