Kieran Culkin, la revelación de Succession

Si algo se ha destacado del éxito arrollador que es Succession, la serie de HBO que ha emitido su último episodio el domingo pasado, es el nivel que maneja su ensamble de actores y actrices, encabezado, claro, por la familia Roy, compuesta por el patriarca Logan Roy, interpretado por el experimentado Brian Cox y sus tres hijos Kendall, Siobhan y Roman, a quienes les dan vida Jeremy Strong, Sarah Snook y Kieran Culkin. Es quizás este último quien más ha llamado la atención con su interpretación del consentido Roman, sobre todo porque se trata de un personaje sumamente vistoso, con una velocidad de palabra impresionante y, al igual que todos sus hermanos, muy poco querible.

Sin embargo, Culkin ha logrado darle la vuelta justa para que la audiencia cayera rendida a sus pies.

¿Quién es Kieran Culkin? Su apellido ya nos dice bastante: es uno de los hermanos menores del célebre Macaulay Culkin (y uno de los mayores de Rory Culkin). Kieran nació el 30 de septiembre de 1982 en Nueva York y ya desde pequeño, como su hermano Macaulay, comenzó a dar sus primeros pasos en la actuación, tanto así que es posible verlo con menos de diez años en Home Alone junto a él, solo que Kieran tiene una pequeña participación como el primo Fuller McCallister. Esos primeros años se dedicó casi especialmente a las comedias, como Father of the Bride, Only the Lonely o My Summer Story.

Quizás ver la meteórica carrera de su hermano Macaulay y los problemas que esto le trajo fue lo que terminaron de decidir a Kieran para llevar una carrera un poco más discreta. Cuando tuvo la suerte de llevar adelante roles protagónicos, siempre se trató de filmes independientes, mientras que en aquellos de circulación más mainstream solo hacía pequeñas participaciones.

Vale destacar, de esta época, Igby Goes Down, un filme que hasta podríamos marcar como predecesor de su impresionante Roman: en él, Kieran interpreta a Igby, un adolescente rebelde que intenta cortar lazos con su adinerada madre. El talento de Kieran ya brillaba por ese entonces: su Igby le valió una nominación a los Globos de Oro con tan solo veinte años.

Luego, algunos destellos de gloria: Scott Pilgrim vs. The World y Fargo, por mencionar un par, pero no mucho más. La carrera de Kieran dista mucho de los brillos de la de su hermano Macaulay y es a propósito. Kieran se rige más por el deseo y la compatibilidad con los proyectos que por la necesidad de mantenerse en la cresta de la ola.

Sin embargo, Succession fue el zapato que encajó justo. ¿Se imaginaría Kieran el nivel de éxito y estrellato que la serie le daría? Tal vez. No hay que perder de vista que se trata de un producto de HBO, sello de calidad indiscutido y cuna de muchos éxitos que perduran en el tiempo.

Más allá del éxito que le ha dado Succession, Kieran Culkin (a quien fanáticos y críticos postulan para los Globos de Oro y los premios Emmy venideros) no parece apurado por hallar su próximo trabajo. En una entrevista reciente con Esquire, Kieran habló de su deseo de ser únicamente un padre que se queda en casa con sus hijos.

Por suerte, este deseo por ahora es solo eso, un deseo, ya que sí hay un proyecto en el futuro del actor: formará parte del debut directorial de Jesse Eisenberg, un filme titulado A Real Pain que lo llevará a Polonia y contará una historia contemporánea sobre el Holocausto.

A pesar de sus sentimientos encontrados respecto a la fama, probablemente todos ellos basados en la vida que vivió su hermano mayor Macaulay e incluso en cómo esa fama llegó a afectarlo a él mismo durante sus años de crecimiento, Kieran Culkin debe saber que, después de Roman Roy, su vida nunca será la misma. El actor, de tan solo 40 años, ha demostrado al mundo lo que es capaz de hacer y, estoy segura, los proyectos golpearán a su puerta una y otra vez.

Solo nos queda ver la precisión de su ojo clínico para ver cuáles le interesan lo suficiente como para comprometerse.