Un supuesto fracaso, un perro y cómics de Disney: la historia del nacimiento de Indiana Jones

Esta semana regresa a la pantalla grande un personaje que quizás ninguno de nosotros imaginó volver a ver: se trata nada más y nada menos que de Indiana Jones, el célebre arqueólogo interpretado por Harrison Ford que para aquellos que nacimos en los 80 es un héroe sin igual.

Pero, ¿cómo surgió Indiana Jones? ¿Qué cosas tuvieron que darse para que de las mentes de George Lucas y Steven Spielberg cobrara vida este personaje que dio a luz a una de las franquicias más exitosas de la historia del cine?

El escenario es paradisíaco: nos vamos a Maui, Hawaii, en el año 1977. Allí se encuentran de vacaciones George Lucas y Steven Spielberg. Lucas, escapando del estreno de Star Wars y el arrasador éxito. Spielberg, tomándose un receso luego de Close Encounters of the Third Kind. Allí, supuestamente mientras construían castillitos en la arena, Spielberg expresó su deseo de dirigir un filme de James Bond, a lo que George Lucas le respondió: “tengo una idea mejor”. Y fue allí cuando le presentó a Indiana Jones.

El proyecto de Indiana Jones no era una novedad. Lucas venía trabajando en él desde hacía algún tiempo junto a Philip Kaufman, en quien había pensado en un principio para dirigir. Sin embargo, compromisos de agenda alejaron a Kaufman del proyecto y por eso, allí, entre la arena y el mar, Lucas se vio tentado a ofrecérselo a Steven Spielberg. ¿La respuesta? Spielberg estuvo encantado, la historia de Indiana Jones era “como las mejores películas de James Bond, pero sin todos los gadgets”.

Entusiasmados, Lucas y Spielberg entraron en contacto con Lawrence Kasdan para que se convirtiera en su guionista y los ayudara especialmente con las secuencias de acción. Sin embargo, el entusiasmo de estos grandes del cine no era suficiente.

Encontrar un estudio que se comprometiera con Indiana Jones no fue fácil. Las excusas eran que George Lucas proponía un proyecto muy ambicioso, demasiado para el presupuesto disponible y, además, Spielberg no se encontraba en la cresta de la ola: su último filme había sido 1941, que distó mucho de ser un éxito.

Claro que eso no los desanimó: Lucas continuó insistiendo, sin dejar a Spielberg de lado, y logró que Paramount Pictures pusiera la firma. Con un presupuesto de 18 millones de dólares, Indiana Jones and the Raiders of the Lost Ark se convirtió en la película más taquillera de 1981 y en un éxito sin igual, incluso cuando los primeros sondeos habían augurado poco interés para esta historia del héroe arqueólogo.

Como frutilla del postre, en los premios de la Academia de ese año recibió 8 nominaciones (entre las que se encontraba Mejor Película) y terminó llevándose 5.

Si bien la historia fue creada por George Lucas y el mencionado Philip Kaufman, no surgió de la nada. La primera influencia a destacar son las series de acción de los años 30, que tanto Lucas, como Kaufman y hasta Spielberg solían ver y disfrutar cuando eran niños. Estas series se proyectaban antes de los filmes en los cines, en formatos de entregas cortas y es un poco esa sensación la que se intentó transmitir con Indiana Jones: una entrega en medio de una historia mucho más grande.

Además, aunque esto nunca ha sido confirmado, se dice que Indiana Jones and the Raiders of the Lost Ark tiene mucho de una historieta de Disney en la que podemos ver al Pato Donald y a su tío rico explorando un templo y enfrentándose a los mismos desafíos que luego Indy, en la jungla, tendrá que enfrentar.

Curiosidades alrededor de Indiana Jones hay muchas: desde que en un principio Harrison Ford no iba a ser el elegido para interpretarlo, sino Tom Selleck (quien tuvo que abandonar el proyecto por sus compromisos con otro gran éxito, la serie Magnun P.I.) hasta que el nombre de Indy era originalmente Indiana Smith, pero a Spielberg no le gustó y convenció a Lucas para cambiarlo por Jones. El nombre Indiana, en cambio, estuvo decidido desde el principio: era el nombre del perro de George Lucas.

También, por ejemplo, podemos señalar la influencia que tuvo la comida tunecina en el desarrollo de una de las escenas más icónicas de Raiders of the Lost Ark. Las escenas del desierto fueron filmadas en Túnez (donde Lucas ya había filmado Star Wars), pero la comida local había damnificado tanto al equipo de producción como a los actores. Es así que cuando Harrison Ford vio el desarrollo de la escena de pelea entre Indiana Jones y el espadachín se dio cuenta que, por cuestiones de salud, no iba a poder realizarla si se trataba de una extensa lucha. Por eso, Ford propuso que la disputa fuera saldada de la forma más lógica y veloz: con Indy disparándole a quemarropa antes de que la pelea ni siquiera comience. Por suerte, a Spielberg la idea le pareció divertida y así quedó para la posteridad.

Esta combinación de curiosidades, eventualidades y el fruto de la amistad entre George Lucas y Spielberg en medio de unas vacaciones soñadas, son quizás el caldo de cultivo perfecto que nos dio la primera película de una franquicia que, hoy por hoy, es parte del patrimonio cultural de la humanidad. Tanto así, que más de 30 años después de aquel 12 de Junio de 1981, Indiana Jones vuelve a la pantalla grande y todos estaremos allí para recibirlo.