Esta semana, en la que hablamos de cancelaciones, no podíamos dejar de lado la pregunta que cualquier fan se haría si tuviera la desgracia de ver cómo su director, actor u escritor favorito es “cancelado” en las redes sociales: ¿se puede separar el arte del artista?
Esta es una pregunta compleja, y muchas veces depende del tipo de “cancelación” en la que caiga esta figura pública. Por un lado, depende de la moral de cada persona. ¿Estarías dispuesto a seguir apoyando el trabajo de un artista que ha abusado física y/o sexualmente de otra? Quiero creer que no. Sin embargo, esto no significa que dicho artista no haya aportado algo a la industria del entretenimiento. A veces, tristemente, su legado es grande y ya ha pasado a la historia como es el caso de las películas de Roman Polanski, quien en 1977 fue acusado de haber violado a una menor de 13 años.
También tenemos el caso de Armie Hammer, quien perdió varios trabajos luego de que salieran a la luz capturas de pantalla que revelaban sus prácticas caníbales y abusos sexuales con mujeres con las que se relacionaba estando casado. Aunque no fue acusado ante la justicia, el actor de Call Me By Your Name si fue cancelado por Hollywood y sus fans. Y claro, a muchos aún nos podrá gustar el filme de Luca Guadagnino, pero no se puede decir que es lo mismo o que no se haya arruinado la experiencia como espectador, luego de conocer el lado oscuro del actor que interpreta a Oliver.
Por otro lado, están las “cancelaciones# de artistas que no tienen que ver con abusos sexuales, pero sí con desinformación. Por ejemplo, el caso de J.K Rowling, quien fue acusada de transfóbica por sus declaraciones en redes sociales hacia esta comunidad o el caso de Evangeline Lilly, quien igual en redes sociales dejó en claro que se oponía a las vacunas del COVID-19 obligatorias.
Por supuesto, no hay punto de comparación entre los discursos de odio y de desinformación de Rowling y Lily con los abusos sexuales de Polanski y Hammer. Por lo mismo, me parece que los trabajos de las primeras no deben ser despreciados y claro que podríamos tratar de separar el arte del artista, pues aunque no compartamos sus opiniones, sus obras siguen teniendo valor por sí mismas. Por ejemplo, Harry Potter ya ha pasado a la historia y no se puede negar que fue un parteaguas en la literatura infantil/juvenil y es parte ya de la cultura pop.
En conclusión, no es del todo imposible alejarse del creador de una obra que nos gusta o del actor de un personaje que amamos. Podemos elegir no apoyarlos más y no darles nuestro dinero viendo sus trabajos, pero seguir apreciando sus obras pasadas por lo que son. Aunque muchas veces creo que depende de lo que se le acusa. Y de lo que cada uno de nosotros esté dispuesto a permitir dentro de su moral y valores.
