Muchos son los reconocidos directores de esta nueva era, aquellos que se pueden marcar como los herederos de los grandes maestros que nos deslumbraron entre las décadas de 1970 y 1990, artistas con todas las letras que tienen su propio sello por el estilo específico que cada una de sus producciones han dejado. Y entonces Wes Anderson.
Wesley Wales Anderson nació el 1º de mayo de 1969 en Houston, Texas, Estados Unidos. Su madre era arqueóloga pero trabajaba como agente inmobiliario y su padre trabajaba dentro de las relaciones públicas y publicidad. Desde muy pequeño manifestó que quería ser parte de la industria audiovisual ya que grababa con una Super 8 e incluso actuaba en los pequeños teatros de la escuela.
En 2013 comenzó una relación con la escritora, diseñadora de vestuario y actriz libanesa Juman Malouf, diseñadora de vestuario y actriz libanesa, con quien en 2016 tuvo la primera hija Freya.
Pero pasemos al plano profesional. A pesar de su gran afición hacia el cine, estudió Filosofía en la Universidad de Texas en Austin donde conoció a Owen Wilson, quien sería su compañero en la escritura de su primer cortometraje titulado Bottle Rocket. Esta obra fue presentada en el Festival de Cine de Sundance de 1993. El éxito fue tal que llamó la atención del productor James L. Brooks, acción que fue clave para que este corto pudiera convertirse en un largometraje. Así, bajo el mismo nombre, en 1996 Anderson estrenó su primera película, misma que dio comienzo a todo.
Luego, junto a Wilson también realizaron la película Rushmore (1998), considerada la gema de su filmografía por los fans del director. Sin embargo, fue con The Royal Tenenbaums (2001), su tercera cinta, con la que fue nominado como Mejor Guionista para los Oscar. Anderson pasó a estar delante de los ojos de todos, resaltando la atención sobre su estilo muy propio, muy personal, con paletas de colores bien pensadas y mucho color pastel.
Su estilo también fue marcado por la características de sus personajes, mismos que se muestran muy simpáticos. Tan importante Esto fue tan impresionante y revolucionario que la ya nombrada The Royal Tenenbaums fue considerada en su momento por la revista Empire como una de las mejores películas de la historia.
Sin embargo, en 2004, con el estreno de The Life Aquatic with Steve Zissou, protagonizada por Bill Murray, ya no fueron tanto los elogios que obtuvo. Por supuesto eso no detuvo a este joven cineasta: siguió con su trabajo reconociendo que él intentaba no repetirse y lo terminaba realizando continuamente en referencia al estilo y la forma de mostrar y contar sus historias.