Hablar de Wes Anderson es dirigirse hacia una estética marcada que tiene este director y que es el sello distintivo de sus visiones. Porque no solo es una cuestión visual de los espacios, sino también de la dirección de arte y sus guiones, generando una fuerza positiva, una amalgama de talento único e irrepetible. Pero, ¿qué tan así es?
Anderson recupera el cine de autor de la Nouvelle Vague. Esta corriente fue catalogada y apuntada por la crítica para designar al nuevo grupo de cineastas franceses que nació en pos de la libertad de expresión y la libertad técnica en las producciones. Exponentes de este movimiento fueron Jean-Luc Godard y François Truffaut, quienes comenzaron a marcar sus obras con un sello bien personal, dándole importancia al montaje y profundizando, en sus tramas, en la desoladora realidad del pequeño burgués de Posguerra, teniendo también una marcada cuota de referencias personales, revelándose así al cine comercial.
De esa corriente francesa, Wes Anderson está influenciado en cuanto al movimiento de cámara en cuestiones técnicas como también en el desarrollo de personajes que terminan por tener su lenguaje propio, algo que muchos sostienen que lo toma de la forma en que Truffaut desarrollaba a sus personajes. Por otro lado, tenemos la dirección de arte: las paletas de colores, la composición, su casting y guion pasan por sus ojos. Debajo, analizo punto por punto.
Su fotografía es una de las primeras claves, ya que se puede ver que cada cuadro está fríamente planificado para que realmente quede con una simetría perfecta. La paleta de colores de cada película tiene su propia impronta, sus propios temas, como por ejemplo en The Grand Budapest Hotel (2014) con sus tonos pasteles. Tampoco debemos olvidar la importancia del stop motion y las maquetas no solo en sus producciones animadas como Fantastic Mr. Fox (2009) e Isle of Dogs (2018), sino también para los escenarios de live action como ha utilizado en Life Aquatic (2004) y Moonrise Kingdom (2012), por ejemplo.
En cuanto a velocidad, a Anderson se lo caracteriza por su uso del slow motion y los travelings, registros que nunca faltan en ninguna de sus producciones. Con ellos resalta la importancia de esos actos que se está desarrollando. Y es que la cámara lenta permite que el espectador pueda disfrutar cada detalle de los sets tan meticulosamente planteados.
Por otro lado, sus guiones también son muy específicos. Su punto fuerte son las construcciones de personajes pesimistas y de personalidades estrafalarias, aquellos que dejan de tener desgano ante la vida aunque quizás no arreglan muchos de esos problemas. El humor físico es otro de sus grandes recursos como así la sátira que realizan sus personajes. ¿Y la música? Está muy pensada. Sus bandas sonoras originales son épicas, tanto de la mano de Alexandre Desplat como de Mark Mothersbaugh.
Todo esto que conté antes parece destinado a meros fans del cine, pero no es así. Y es que hace poco tiempo en Tik Tok miles de usuarios comenzaron a realizar videos con lugares que encontraban y tenían el estilo del director. ¿Lo raro? El director ha comentado que se ha mostrado reticente, comentando que era mejor que sea una tendencia que siga de largo.
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