La religión y el terror, una dupla infalible - Spoiler Time
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La religión y el terror, una dupla infalible

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La eterna lucha del bien contra el mal.

Sin duda alguna, el género del terror se alimenta mucho de la religión, principalmente de la cristiana. Y es que es imposible que la religión (en cualquiera de sus presentaciones) no esté ligada a lo sobrenatural, lo místico y lo desconocido. De ahí que sea el mejor ingrediente para crear historias aterradoras, perturbadoras y desconcertantes.

No por nada, el terror visita una y otra vez los casos de exorcismos, ya sean basados en hechos reales o ficticios. En estas historias se puede plasmar el mal contra el bien a la perfección, sobre todo en el sentido bíblico. Aquí entran criaturas demoniacas, el mismísimo diablo y la figura de Dios y Jesucristo.

Generalmente las tramas se centran en un padre (o una figura de la iglesia) que debe llevar a cabo un exorcismo para liberar el alma/cuerpo del protagonista. Aunque esto también lo llevará a enfrentarse a las partes más oscuras de sí mismo y a cuestionarse su fe en la iglesia y/o Dios mismo.

Como ejemplos tenemos a The Exorcist (1973), The Exorcism of Emily Rose (2005), The Rite (2011), The Devil Inside (2015), The Possession (2012) y la más reciente The Pope’s Exorcist (2023).

Crédito: Screen Gems.

Pero tal vez lo que más nos resulta inquietante de estas producciones es que como espectadores nos sentimos indefensos frente a lo desconocido y celestial, porque nuestra mente racional nos dice que debe haber una explicación lógica y científica ante los casos de posesiones, sin embargo, los protagonistas no logran encontrarla y ciertamente nosotros tampoco.

También dentro de esta dupla de la religión y el terror se encuentran las historias donde el fanatismo religioso es llevado a extremos y saca lo peor de la humanidad. Estas personas, cegadas por sus creencias, son capaces de cometer los actos más viles en nombre de su fe. Como manipular, torturar, violentar (de manera psicológica y física) e incluso matar (para hacer sacrificios en nombre de una deidad/entidad). Y eso es lo que verdaderamente asusta. Porque son los humanos lo que lo hacen a otros humanos (aunque algunas veces puede haber una fuerza maligna invisible moviendo los hilos).

Como ejemplos tenemos Carrie (1967), Rosemary’s Baby (1968), The Wicker Man (1973), The Witch (2015) y Midsommar (2019). Y en estas producciones no necesariamente se basan en el cristianismo, sino que podemos encontrar otras religiones con el paganismo y satanismo, lo que las hace aún más sobrecogedoras.

También la figura del líder en este tipo de historias es muy importante, pues suelen ser personajes muy carismáticos, amables y que inspiran confianza. Aunque claro, suele haber algo misterioso y sombrío en ellos. Algo que hace a los demás personajes dudar de sus verdaderas intenciones. Como por ejemplo, el padre Paul (Hamish Linklater) en Midnight Mass (2021).

Crédito: A24.

En resumen, la religión es el complemento perfecto para las historias de terror gracias a su extensa mitología, donde se encierra la eterna lucha del bien contra el mal, su misticismo y lo oculto. Juntos, son la dupla perfecta para no dejarnos dormir del miedo.

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