¿Puede Robert Pattinson convertirse en el Batman definitivo?
Adam West, Michael Keaton y Christian Bale quizás son los actores que han interpretado a Batman más celebrados de la historia y muchos podrán tener a su favorito muy bien elegido. Sin embargo, creo que el Batman de Robert Pattinson podría convertirse en un Batman que pasará a la historia. Incluso, tal vez, un día se vuelva el favorito de todo el público.
No exagero cuando digo que Matt Reeves nos dio una obra maestra con The Batman (2022). Desde su guion, pasando por su soundtrack, hasta su ambientación. Todo es un 10 de 10. Y Pattinson también lo dio todo en esta película, que nos deja ver una vez más que no sólo es el chico de Crepúsculo (por si a alguien aún le quedaban dudas).
Este Batman es diferente a las demás iteraciones del personaje en la pantalla chica y grande. Pattinson nos entrega a un Caballero de la noche recluso, incapaz de interactuar con otro ser humano y que poco le interesa ponerse la máscara de Bruce Wayne. En otras palabras, no tiene nada del playboy millonario del Batman de Christian Bale, quien es más estoico, más seguro de sí mismo y menos impulsivo.
Por lo tanto, se siente más humano y más cercano al público. No está en un lugar inalcanzable como el playboy millonario de Bale. Y creo que todos podemos empatizar con su soledad y duelo hasta cierto punto. Todo ello, gracias a la perspectiva desde donde se cuenta le película y a la actuación de Pattinson. Y es que Reeves elige darnos primeros planos de Batman e incluso situar la cámara desde su perspectiva para que experimentemos lo que el personaje está sintiendo y lo acompañemos en su viaje y veamos el mundo decadente (en este caso Gothman) a través de sus ojos.
Por su parte, Pattinson con su mirada nos dice todo, su conexión con Selina y James Gordon así como su frustración y miedo al hablar con El Acertijo y su sed de venganza cuando pelea contra los criminales de la ciudad. Y brillantemente, cuando se pone en los zapatos de Bruce Wayne, lo vemos incapaz de mantener contacto visual con la gente por mucho tiempo y más retraído. Porque usa a Batman como una máscara, y así le es más fácil presentarse ante el mundo.
Creo que esa complejidad del Batman de Pattinson es lo que lo hace tan interesante y único. Y es que parece más un ser humano (con todo lo que eso implica) que un superhéroe. Por ejemplo, al ser su segundo año como el Caballero de la noche, comete errores. No es perfecto. Además, se muestra vulnerable. Tiene miedo. Y me encanta cuando lo admite ante Gordon. Si bien el Batman de Pattinson usa el miedo para intimidar a otros, como una herramienta de poder, también es un sentimiento que experimenta a lo largo de la película. Tiene miedo de perder a sus seres queridos y no quiere experimentar ese dolor de nuevo (como lo hizo con sus padres, algo que lo dejó marcado para siempre). Sin embargo, está consciente de que no puede hacerlo todo solo. No puede sobrevivir solo. Necesita la ayuda de los demás. No puede permanecer recluso en su Baticueva para siempre.
Para el final de la película, el Batman de Pattinson es un hombre cambiado. Reconoce que Gotham no necesita combatir la violencia con miedo, sino con esperanza. Resulta hermoso ver como al principio los ciudadanos le tienen miedo (al igual que los criminales), pero al final ya no. Lo ven como esperanza, como una salvación.
El Batman de Pattinson estaba muy cerca de convertirse en los criminales que juró destruir (muy al estilo de The Boys, donde los superhéroes son los villanos), pero son sus relaciones humanas (con Selina y James Gordon), lo que lo hacen diferente. Se da cuenta que debe inspirar y no generar miedo, si realmente quiere que la ciudad cambie.
En resumen, el Batman de Pattinson podría convertirse en el Batman definitivo del público por ser tan real, tan humano. Porque no sólo representa lo bueno de la humanidad, sino también lo malo. Su complejidad, crudeza, su historia de vida, encaja perfecto en este mundo real. Y la actuación de Pattinson es perfecta en cada uno de esos aspectos. ¡Es el Batman de nuestra generación!
La densidad de A DifferentMan de Aaron Schimberg con la compleja actuación de Sebastian Stan se vuelve una experiencia introspectiva al mismo tiempo que reflexiva. Es un reflejo intenso y oscuro entre el ego y la propia inseguridad humana.