Michael Bay destruyó a las Tortugas Ninja

Las Teenage Mutant Ninja Turtles son sin duda símbolo de la década de 1990 gracias sus cómics, sus series animadas, sus videojuegos y las películas live action que se grabaron a fuego en nuestro corazón. Es verdad que hubo varias versiones de las Tortugas Ninja, todas añorables, pero no podemos tapar el sol con la mano y así debemos decir una gran verdad que no podemos negar: Michael Bay destruyó a Teenage Mutant Ninja Turtles. Y no lo digo yo, lo dice la taquilla y gran parte de las críticas.

Empecemos desde el principio. En la primera década de los dosmiles se estrenaron dos películas: TMNT de 2007, que fue la cuarta entrega que continuaba la saga de películas de la década de 1990 (que no tuvo el éxito de sus antecesoras) y en 2009 se estrenó Turtles Forever, largometraje que fue directamente a la televisión, un homenaje al 25 aniversario de las Tortugas Ninja.

Hasta aquí todo más o menos potable, y llegamos a 2010 cuando desde Paramount se comenzó a trabajar para traer nuevamente a la vida a los personajes. Fue así como, en base al éxito que había sucedido con los live action de Transformers, Michael Bay fue seleccionado para la tarea. Y, aunque no lo crean, la producción empezó entre conflictos.

Lo primero a destacar fue el hecho de que dejarían de llamarse Teenage Mutant Ninja Turtles para ser solo Teenage Turtles, lo que trajo un gran malestar entre los fans. Finalmente, eso no sucedió. Luego se filtró que no serían tortugas mutantes sino alienígenas. Esto trajo tal enfurecimiento entre los fans que el propio Michael Bay tuvo que salir a calmar las aguas; incluso Peter Laird, uno de los creadores de las Tortugas salió al cruce calificado de horrible e innecesaria está modificación. Esto tampoco sucedió, pero lo que terminamos viendo en pantalla grande no fue mucho mejor…

Fue muy difícil ver a estos personajes realizados por CGI cuando muchos crecimos con las carismáticas Tortugas creadas por animatronics por la compañía de Jim Henson. Sí: el problema principal recaía sobre las decisiones estéticas que se tomaron frente a la nueva existencia de las TMNT.

Llegó el 2014 y con él el estreno de Teenage Mutant Ninja Turtles protagonizada por unas tortugas antropomórficas, horribles, con narices y dientes realistas que parecían nuevas versiones de Shrek (ojo, sin carisma ni gracia como el ogro mencionado…). Lo que también golpeó fue que eran gigantes, como si fuesen Tortugas Transformers. Para cerrar el delirio, al protagonismo de Megan Fox como April no se le encontró una verdadera explicación fuera de las razones sexistas.

En la película conocimos el origen de las tortugas, uno sin sentido, con descripciones básicas. Incluso se reveló al villano sin ningún tipo de suspenso que pueda ayudar a construir una mejor trama. Las críticas no fueron muy amables con la cinta: era un reboot muy bajo.

A pesar de todo esto no fue una decepción en la taquilla. Llegó a casi los 500 millones de dólares en recaudación dando pie a una segunda parte, Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows (2016) que no se salvó en ningún aspecto. Y es que no llegó ni siquiera a recaudar la mitad de lo que recaudó la primera cinta.

Si bien los creadores buscaron la forma de justificarlo, todo lo sucedido con la primera entrega llevó a que esta secuela no tenga apoyo con publicidad suficiente para que las personas concurran al cine a pesar que se habían incluido personajes clásicos como Casey Jones, Rocksteady y Bebop Krang. Demasiado CGI, demasiadas escenas de acción sin sentido y un guion que también dejaba mucho que desear. Esto enterró para siempre una tercera entrega.

La puntuación de la película en el portal de Rotten Tomatoes es de 4.2/10 por la crítica, demostrando que fuimos muchos los que no quedamos conformes ante este nuevo live action de las Tortugas Ninja. Luego tuvimos nuevas versiones animadas como Batman vs. Tortugas Ninjas Mutantes Adolescentes (2019) y este años llegó Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem, la cual posee muy buenas críticas.

Resumiendo: la intervención de Michael Bay solo hizo que amemos más a esas películas de la década de 1990 que tantas alegrías nos dieron.