La década del 2000: el antepasado más directo del cine y la televisión como lo vemos hoy en día

¿Recuerdan cuando todavía estábamos esperando que llegaran los 2000? Quizás algunos de ustedes sean demasiado jóvenes, pero los que no seguramente podrán encontrar en sus memorias esa ilusión mezclada con temor que sentimos todos cuando notamos que íbamos a entrar en este nuevo milenio.

Teníamos grandes esperanzas para los 2000: desde autos voladores hasta la paz mundial. Poco de eso ha sucedido. El futuro pensado de esa manera sigue postergándose. Sin embargo, la llegada de estos años sí trajo cambios, aunque más sutiles, a la industria del cine y de la televisión.

El atentado a las Torres Gemelas, el avance de las redes sociales, la aparición de los memes, los comienzos del streaming y títulos del calibre de The Lord of the Rings, Harry Potter, Lost y hasta Avatar son piedras fundamentales de la primera década de los 2000.

Esta década, de la que se esperaba mucho (como dije en un comienzo, desde autos voladores hasta la paz mundial), comenzó a forjar un nuevo presente, modificando nuestras formas de consumo de la industria audiovisual. Para empezar, los 2000 plantearon el comienzo de grandes franquicias: en el 2001, quien abrió esa puerta fue Peter Jackson, con la primera entrega de la trilogía de The Lord of the Rings, The Fellowship of the Ring. El éxito fue tal que la película, en el momento de su estreno, se convirtió en el quinto filme de mayor recaudación en la historia.

Sin embargo, El Señor de los Anillos no fue la única. También por el 2001 se inició la franquicia de Harry Potter, basada en las novelas de J. K. Rowling y que continuaría hasta el 2011 y que incluso actualmente sigue teniendo películas por estrenar y, según los rumores, hasta series.

Antes de que terminara la primera década de los 2000 también llegaría un filme que marcaría el ritmo de los próximos diez años del cine mundial: Iron Man 1. El filme protagonizado por Robert Downey Jr. dio el puntapié inicial al Universo Cinematográfico de Marvel tal y como lo conocemos, generando un boom y un fandom pocas veces visto en el pasado.

La relevancia de Iron Man es innegable: ese primer filme estrenado abriría la puerta a un fenómeno tan masivo y mundial que todavía hoy continúa (claro, no con la misma efectividad, pues todo se desgasta).

En televisión, la primera década de los 2000 significó el estreno de series que han marcado a la pantalla chica para siempre. En realidad, esa época dorada que todavía disfrutamos empezó un poquito antes, más precisamente en 1999 con el estreno de The Sopranos por HBO. Es allí donde podemos encontrar los orígenes de las series como hoy las conocemos y disfrutamos.

Sin embargo, The Sopranos no es la única. En el 2004 la televisión también sería testigo de un fenómeno que lo cambió todo: Lost. La serie de J. J. Abrams fue la primera en realmente beneficiarse de los avances de Internet (aunque también una de las primeras en luchar contra la piratería), ya que los fanáticos se congregaban en línea para discutir y crear teorías acerca de lo que sucedería en su show favorito. Sin Lost, series como Game of Thrones probablemente no hubieran existido.

Pero eso no fue todo. Sobre el final de esa primera década, más precisamente en el 2007, saldría al mercado una nueva forma de ver televisión, un avance sin el que hoy probablemente no podríamos vivir: sí, estoy hablando de Netflix.

La aparición de Netflix significó un cambio total en la forma de ver cine y televisión: pagar para ver, cuando uno quisiera, sin cortes comerciales, a través de Internet, películas y series. Adiós a los DVDs, al Blu-Ray, a cualquiera de esos soportes: Internet ya no era el futuro, era el presente y Netflix supo verlo a tiempo. Por algo, a pesar de sus vaivenes, sigue siendo un peso pesado en esta guerra del streaming que cada día se vuelve más cruenta.

Han pasado 23 años desde los comienzos del 2000. No han aparecido los autos voladores ni hemos alcanzado la paz mundial. Sin embargo, algunas de las semillas plantadas en el comienzo de este milenio siguen floreciendo: no solo seguimos disfrutando de una era dorada de la televisión, sino que esta es nutrida por una batalla entre compañías de streaming que intentan superarse día tras día. En cine, las franquicias, muchas de las cuales comenzaron allí, en esa primera década, siguen siendo prósperas: basta mirar el revuelo que todavía genera Marvel, o cómo se busca revisitar el universo de Tolkien desde otro lugar.

Es cierto que, cuando pensamos en la nostalgia, en general solemos remontarnos hacia los ochentas o, incluso, hacia los noventas. Sin embargo, la primera década de los 2000 merece tanto o más amor que esas otras épocas: sin ella, mucho de lo que hoy amamos y disfrutamos no existiría.